La 35ª edición de Casa FOA, la principal muestra de arquitectura, interiorismo y paisajismo del país, puso en escena el virtuosismo de un dúo llamado a perdurar: la luz y la madera se combinaron –como nunca antes– para aportar calidez, sustentabilidad e innovación en las más de 40 propuestas de ambientación que conformaron la exposición.


Al mismo tiempo, y quizás como un reflejo de adaptación al contexto del país, los diseños propuestos por los estudios y profesionales participantes se recostaron sobre conceptos más prácticos y adaptables a la vida cotidiana. Esto sin olvidar que Casa FOA es un ámbito de experimentación y presentación de tendencias en el que se exploran los límites de los materiales y objetos y sus posibilidades de producción industrial.


Un recorrido por la vida cotidiana

Casa FOA 2018 ocupó 3000 metros cuadrados de los que fueron los claustros, galerías, patios y jardines del ex Convento Nuestra Señora de la Misericordia  ubicado en el barrio porteño de Villa Devoto.

La propuesta convocó a estudios, diseñadores y arquitectos y giró en torno a las nuevas tendencias en el interiorismo y la importancia del diseño en la vida cotidiana. Por ello, el recorrido de la muestra se organizó en tres sectores:

- El primero, mostró ambientaciones en espacios de grandes dimensiones destinados a temáticas domésticas más tradicionales para personas de mediana edad.

- En el segundo se ubicaron propuestas para familias jóvenes, donde la clave pasó por optimizar ambientes de pocos metros.

- Un tercer sector fue destinado a los nuevos espacios de trabajo, sus necesidades funcionales y cómo estos influyen en la conducta y en el bienestar de las personas que trabajan en ellos.

También se plantearon espacios para el descanso y la contemplación, como los exteriores, patios y galerías.

El recorrido de la muestra deja en claro que las tendencias globales siguen influyendo en las propuestas locales. La búsqueda del bienestar en la vida cotidiana domina los espacios y la selección de materiales y objetos. Un bienestar que tiene como nota principal la identidad de las personas reflejada en ambientaciones donde la funcionalidad y practicidad suman puntos y se respeta como un mandato el cuidado del ambiente y los recursos naturales. La búsqueda de la armonía entre el interior/espíritu y el exterior/mundo es la demanda que desafía a los profesionales del diseño.


Luz y madera

Este año, la madera volvió a tener una presencia muy marcada, aunque lejos de su uso masivo o del protagonismo extremo de otros años. Y no fue en los pisos donde más se destacó, sino en dos categorías casi opuestas entre sí: por un lado, en las amplias superficies de los revestimientos, y por otro en los detalles de carácter de los espacios.

En lo que hace a los revestimientos, las propuestas avanzaron mucho en el uso de melaminas texturadas para componer boisseries de gran factura visual y terminación. En esta línea, no fueron los colores sino el efecto sensorial de estar frente a madera lo que predominó ampliamente.

Por ello, a la hora de los detalles la madera volvió a aportar su calidez en pequeños muebles y objetos, pero también en tapas de mesas y muebles de cocina. En estos casos, su realce fue dado por el diálogo de contrastes con otros materiales como mármol, metales y acabados high-tech ultra brillantes.

En los pisos casi no se vieron composiciones decorativas ni combinaciones de colores. Aquí la madera se presentó "a cara lavada", generalmente en tonos claros y anchos generosos, brindando siempre un sustento armonioso a los ambientes. Se volvió a observar la tendencia a continuar los pisos como revestimiento de paredes, casi siempre como fondo de bibliotecas o espacios contenedores de tecnología. En exteriores, los decks y pasarelas siguen siendo un dominio absoluto de la madera, tanto brillante como rústica.

Pero el estrellato de la madera en Casa FOA 2018 fue compartido con la iluminación. La luz avanzó como un elemento clave en la ambientación y el diseño de interiores y encontró en la madera una contraparte con la que consigue un lucimiento mutuo. Quizás por su capacidad de destacar los detalles, pero también porque la madera –fundamentalmente los tableros de madera en sus distintas versiones– ofrece su gran versatilidad a la hora de trabajar los empotramientos y soluciones no convencionales para las luminarias. Una nota destacada: la masividad del LED encuentra en el pantografiado un gran abanico de soluciones.

En suma: luz y madera conforman un par llamado a perdurar en el diseño y ambientaciones.

 

 

Por: Roberto L. Minoli y Alberto Pelagallo

Fotos: ASORA y Prensa Casa FOA

 

 

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