La biomasa es la renovable con la mayor proyección de crecimiento al 2030
La demanda mundial de biomasa como fuente de energía podría llegar a los 108 exajoules en 2030 (un exajoule es equivalente a 174 millones de barriles de petróleo), una cantidad equivalente al 20% del suministro energético primario total y al 60% del consumo energético renovable, según se desprende de las conclusiones del informe presentado por la Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA), organismo intergubernamental que reúne a 139 países.
IRENA lanzó en junio de 2014 un plan de acción global para el modelo energético en el futuro denominado "REmap 2030", en previsión del "rol primordial" que avizora para la biomasa, como señala en el documento "Global Bioenergy Supply and Demand Projections for the Year 2030".
De cara a ese potencial escenario, el organismo estima que del total de 108 exajulios un 40% sería generado a partir de residuos procedentes del sector agrícola, de costo "mucho menor" al que exigen los cultivos energéticos.Además, habría un 30% que provendría de productos forestales sostenibles.
En el informe se asegura también que, si se mantienen las políticas que aplican en la actualidad los países e instituciones vinculadas con el tema, el peso que el conjunto de las energías renovables tiene en el mix mundial solo pasaría del 18 al 21% de aquí a 2030. En cambio, IRENA sostiene que de aplicarse tecnologías "ya disponibles" sobre eficiencia energética o el acceso a la energía, ese porcentaje podría duplicarse.
Por su parte, la Renawable Energy Policy Network for the 21st Century - REN21 – asociación que agrupa a más de 50 miembros que representan a gobiernos, organizaciones internacionales, industrias, entidades científicas y académicas y ONGs – también sostiene que el consumo de biomasa crece en todo el mundo, tanto para la provisión de calor y electricidad, como para la producción de biocombustibles líquidos y gaseosos para transporte y aplicaciones fijas. Sin embargo, alerta que aproximadamente el 60% de la biomasa total utilizada para fines energéticos es del tipo tradicional (leña, carbón, etc.). El 40% restante se utiliza para la bioenergía moderna, según señala el "Renewables 2014. Global Status Report", informe que elabora anualmente REN21 y que fuera dado a conocer en junio del año pasado.
El mercado y la industria de la biomasa.
El informe anual de la REN21 indica que en 2013 la biomasa representó alrededor del 10% del abastecimiento de energía primaria mundial, equivalente a unos 56,6 EJ. La participación de la “biomasa moderna” incluyó aproximadamente 13 EJ para abastecer calefacción en los sectores de la construcción y de industria; unos 5 EJ convertidos para producir alrededor de 116.000 millones de litros de biocombustibles; y una cantidad similar utilizada para generar unos 405 TWh de electricidad (no se incluye el calor útil de las centrales combinadas de calor y electricidad - CHP de bioenergía).
Según el reporte de la organización internacional, "la biomasa satisface una participación creciente de la demanda de energía en muchos países y representa una porción significativa de la energía total en algunos de ellos". Los datos recabados indican que el uso de la biomasa moderna se difunde rápidamente, en particular en Asia, aunque todavía es en Europa donde el uso final supera el 25% dentro del conjunto de las energías renovables.
La mayoría de la biomasa primaria utilizada para energía está en forma sólida e incluye a los pellets y astillas de madera, predominantemente en instalaciones modernas y/o de mayor escala e incluye su comercializan internacional en grandes volúmenes. El contenido energético total de todos los combustibles sólidos de biomasa que se comercializan (principalmente pellets y astillas de madera) se mantiene en alrededor del doble de los biocombustibles líquidos. Sin embargo, los pellets de madera representan solo alrededor del 1-2% de la demanda mundial de biomasa sólida, aunque el volumen del consumo sigue creciendo rápidamente.
El estudio de REN21 también analizó los resultados para el mercado y la industria relacionados con la biomasa.
● Calor: La biomasa es –por lejos– la fuente renovable más ampliamente utilizada para calefacción. Europa se mantuvo como el mayor consumidor mundial de calor bio moderno en 2013, en gran porción para redes de calefacción centralizada. También se elevó el uso de la biomasa en pequeños artefactos.
La UE es el mayor consumidor de pellets de madera, quemando más de 15 millones de toneladas (1 millón de toneladas más anualmente desde 2010), con la mayor participación de la demanda proveniente del mercado de calor residencial.
La producción de calor por biomasa aumenta también en América del Norte.
● Electricidad: Estados Unidos es el principal productor a partir de la biomasa, seguido por Alemania, China y Brasil. La biomasa sólida proveyó dos tercios del combustible total para electricidad de fuentes renovables: la mayoría de los pellets de madera que se comercian mundialmente se utilizan para generación de electricidad.
En la UE hay una demanda creciente de pellets importados para producir electricidad: alrededor de 6,4 millones de toneladas en 2013, el 75% provenientes de América del Norte y el resto de Rusia y Europa Oriental. En China, la potencia eléctrica bio subió muy rápidamente durante varios años, aunque el crecimiento disminuyó.
La mayoría de la potencia eléctrica bio fue por combustión directa de biomasa agrícola y forestal. La demanda para electricidad bio es impulsada por la renovación de las centrales eléctricas de carbón y su conversión al 100% de biomasa. También crece la conversión de centrales eléctricas de combustibles fósiles para permitir la combustión conjunta con participaciones variables de biomasa sólida o biogás.
● Industria: gran cantidad de empresas están embarcadas en proveer equipos y plantas de bioenergía que convierten biomasa sólida –principalmente astillas y pellets de madera– en calor y electricidad.
Las industrias forestal y azucarera utilizan típicamente estas instalaciones y la electricidad excedente la colocan en el mercado.
La producción mundial de pellets alcanzó los 23,6 millones de toneladas en 2013, un aumento de casi el 13% sobre los volúmenes de 2012 (ver Figura 7). La UE representó cerca de la mitad de la producción mundial, seguida por América del Norte (33%).
Demanda de bioenergía.
La proyección del sector a largo plazo presentada en el Renewable Energy Roadmap - REmap 2030 elaborado por IRENA, muestra que los planes nacionales de los 26 países monitoreados por el organismo –que concentran el 75% del consumo energético mundial– proyectan un aumento a 2030 en la demanda de bioenergía tanto para el consumo final como para los sectores de electricidad/calefacción centralizada, pasando de los 36 EJ a más de 50 EJ en 2030.
El análisis también supone que la demanda de bioenergía de los países excluidos del REmap crecerá a la misma tasa, lo que llevaría la demanda de biomasa mundial a 70 EJ en 2030: casi 50% de crecimiento (1,6% anual). Ese valor podría alcanzar los 108 EJ si se toman en cuenta todas las tecnologías de energía renovable, incluyendo 9 EJ de biomasa tradicional sin remplazar. Estas proyecciones significan que la biomasa representaría el 60% del uso de energía renovable final total y aproximadamente el 20% de la oferta de energía primaria total mundial.
La demanda total de biomasa aumentó el 36% entre 1990 y 2010, equivalente al 1,6% anual de crecimiento, marcando una tendencia indicativa de la creciente importancia de la biomasa en el mix de las energías renovables. Las proyecciones elaboradas por IRENA muestran que esta tendencia continuará en el largo plazo, aunque a una tasa levemente más baja hasta 2030 (1,3% anual).
El informe de IRENA no deja de remarcar que según el sector y la aplicación, el tipo de biomasa usada diferiría sustancialmente sustancialmente, destacándose la generación de calor y electricidad. La biomasa para generación de calor será compartida por la industria, los edificios y el sector de calefacción centralizada.
La demanda de biomasa tradicional para calentamiento de espacio y cocina se espera que decrezca de 21 EJ en el Caso de Referencia a 6 EJ, marcando una importante transición hacia el uso más eficiente de la biomasa en los hogares.
Por su parte, en la industria se estima que la demanda esté concentrada en centrales CHP para generar calor de proceso de temperatura baja y media (alrededor de dos tercios de la producción total de CHP). Esta tecnología juega un papel crítico para que la industria manufacturera eleve su participación de energía renovable. Como resultado, se prevé un crecimiento de más del 70% en capacidad industrial de generación de calor de proceso basado en biomasa. En el sector eléctrico, hasta dos tercios del uso total de biomasa sería combustión conjunta con carbón para generación eléctrica. Los usos modernos de la biomasa sólida para calefacción, construcción y generación de electricidad serían aproximadamente la mitad de la demanda mundial total (56 EJ). La biomasa primaria para la producción de biocombustibles líquidos (transporte) representaría alrededor del 36% del total (ver Figura 11). En este sector se estima la más alta participación de la biomasa con el 14%.
Impactos sobre el comercio internacional de bioenergía.
Si todas las opciones de energías renovables se implementan, la demanda de biomasa mundial podría alcanzar los 108 EJ anuales, muy cercano a la gama potencial de oferta total de 97-147 EJ anuales.
A la hora de proyectar el negocio a escala global, es fundamental destacar que con la excepción de Asia (que representa el 40% de la demanda mundial), todas las regiones pueden satisfacer su demanda a partir de fuentes de biomasa locales. Pero el informe alerta que se deberá proveer y construir una infraestructura sustancial para extraer, transportar y entregar las materias primas. Los países no pueden satisfacer plenamente su demanda interna y podrían depender todavía del comercio desde países de la misma región y más allá de la misma. La relación demanda/oferta está lejos de ser uniforme entre los países: los países con demandas de energía crecientes (por ej., India, Indonesia, México, Sudáfrica) pueden solicitar más biomasa que su potencial de oferta les puede proveer. Para satisfacer esta gran demanda dependerán de las importaciones.
Si se prioriza el uso de fuentes locales y se consideran las importaciones después de que se explota toda la oferta local, el comercio internacional podría alcanzar hasta 23 EJ anuales o un 20% de la demanda mundial, lo cual es mucho más alto que los niveles actuales. El valor económico de los flujos comerciales de biomasa mundiales estaría en la gama de los US$ 100.000 - 400.000 millones por año, cifra que a las claras representa una significativa oportunidad de negocios.
El estudio de IRENA remarca que los responsables políticos deben primero centrarse en maximizar el uso de los recursos locales, en tanto la transición al comercio internacional llevará tiempo.
A modo de advertencia, es conveniente señalar que estas previsiones también dependerán de fuertes factores exógenos, como la volatilidad del precio del petróleo, los vaivenes políticos en torno a subsidios al uso de la energía limpia y el desarrollo tecnológico vinculado tanto a la biomasa como a sus competidoras verdes.