Vuelve el optimismo al Salón del Mueble de Milán
Vuelve el optimismo al Salón del Mueble de Milán

Con un panorama de negocios más optimista que en años anteriores, el Salone Internazionale del Mobile e del Complemento d’Arredo, realizado del 14 al 19 de abril en Milán, Italia, dedicó su edición 2015 a "Raccontare storie".

Esta fue la clave para interpretar las tendencias de diseño en muebles e interiores presentadas en la que sigue siendo la muestra más prestigiosa del sector a nivel mundial y que en su edición internacional número 37 se reafirmó como el máximo punto de referencia del sector. Así lo corrobora una presencia del 69% del total de visitantes provenientes del exterior, en su gran mayoría con un definido perfil profesional y una alta capacidad de gasto.

Particularmente destacada resultó la presencia de compradores rusos, al mismo tiempo que China se confirmó como primer mercado mundial y Alemania como el segundo, teniendo en cuenta el origen de los visitantes. Pero además, esta fue la edición del Medio Oriente, con una participación significativa de público de Arabia Saudita, Líbano y Egipto. También fue una nota destacada el crecimiento de compradores de Estados Unidos, Reino Unido e India.

"Estos datos confirman la importancia y el atractivo de un evento que es capaz de expresar el mejor mobiliario italiano e internacional", dijo el presidente del Salón del Mueble, Roberto Snaidero. "Las empresas están muy satisfechas con la calidad de las personas que las visitaron y los resultados tangibles alcanzados en estos seis días de la feria, resultado de un compromiso y dedicación para enfrentar y superar con éxito la difícil situación económica de los últimos años. La exposición se convierte, entonces, en la primera señal de un repunte anunciado", expresó el directivo italiano.


Relatos, estilos y experiencias


Contar historias, crear estados de ánimo, aportar referencias, generar evocaciones: estas son las señales que dominaron la atmósfera expositiva en el último Salón de Milán. Una muestra acabada de que el diseño como disciplina ha decidido salir del aislamiento tecnocrático de años anteriores para impregnarse y fundirse con las notas, tonos, olores y deseos presentes en la vida cotidiana de las personas.

La red invisible y espontánea que fueron tejiendo las propuestas de diseñadores y fabricantes tomó como un omnipresente punto de referencia el estilo de vida y las experiencias personales, creando historias sobre la belleza en sus formas más diversas.

Esta búsqueda narrativa desde el diseño y la materialidad recorrió senderos estéticos a veces llanos y conocidos, otras veces ásperos, y en oportunidades hasta direcciones en las que nadie se había aventurado.

Entre los principales recorridos conceptuales que cobraron presencia en las miradas y análisis del Salón de Milán, pueden señalarse los siguientes:


- Lo étnico


Buscando motivos para sus historias, más y más diseñadores alimentaron sugerencias inspiradoras originadas en artistas y personajes, pero la mayoría de las veces se trató de lugares. Esta tendencia resultó particularmente evidente en la feria de este año, donde los destinos más recurrentes fueron Miami, con una significativa e impredecible vuelta a los años '80; el norte de Europa, expresado en el minimalismo de colores pastel; y sobre todo el África, sea la del Mediterráneo como la Negra, donde el tema del viaje se combinó con el concepto de lo étnico.

Esto último, lo étnico, volvió a presentarse –en un retome de años anteriores– con gran fuerza narrativa en muchos de los diseños, tanto de vanguardia como los más cercanos al mercado establecido. En lo étnico se desliza la presencia de las raíces, no como elemento histórico o cronológico (época), sino como identidad cultural. También asoma en las simbologías religiosas y los rasgos antropológicos de diversas sociedades o pueblos.


- Lo local


Otras opciones expresivas esfumaron lo étnico en relatos arraigados en lo local, que representa hoy la esperanza de ser capaz de conquistar el mercado mundial desde lo pequeño, lo cercano, la propia identidad que se comparte sin establecer fronteras, sino como un punto de encuentro, de diálogo, de intersección. Así como en los años '50 se aspiraba a una belleza reconocida internacionalmente, hoy los modismos, los dialectos son el nuevo esperanto que busca globalizar propuestas. Casi una paradoja, donde lo propio no separa, sino que viaja como una invitación a que se descubran nuevos significados, sensaciones cruzadas.

Se trata de un nuevo lenguaje, donde por ejemplo los materiales como la madera y el metal doblado se unen para convocar a una versión actualizada de los muebles suecos de los años ' 70.


- Lo artesanal


De fuerte presencia en las ediciones de los últimos tres años, sin dudas que la llegada del diseño a todos los segmentos del mueble resulta el alimento para avanzar en un fenómeno que avanza: las artesanías locales, específicamente locales. Esto ha dado lugar a muy interesantes cambios en los procesos de producción: ya se habla abiertamente de la fabricación artesanal, casi un contrasentido, o al menos una paradoja: la escala natural, cercana, posible, en clave industrial.

Esta tendencia parece superar el minimalismo nórdico que en 2014 se hizo muy presente, aunque recorriendo los pabellones se mantienen vestigios: los más interesantes son aquellos ligados a objetivos de investigación en el aprovechamiento de los exiguos espacios contemporáneos.

Lo artesanal también fue un lugar de cruce con lo étnico, recuperando formas y combinaciones singulares.


- Los colores


La narración de lugares, referencias y emociones, naturalmente trajo consigo una paleta de colores especial. Así, el color del 2015 en Milán fue el "Marsala", una suerte de marrón-rojo. Pero también surgieron otros tonos muy especiales, todos colores deliberadamente impuros, ricos en óxidos y pigmentos: azules y verdes metálicos, arándano y cebada, por ejemplo. No pasó inadvertida la presencia del efecto esfumado, con pasajes del rojo al púrpura, por ejemplo, entre los más extendidos.


- Lo denominativo


Así podría definirse otra tendencia interesante observada en el Salón de Milán 2015. Esto es como decir "un vaso es un vaso" o "una silla es una silla". Definiciones ciertamente tautológicas que asumen, en un período de inestabilidad como el que vivimos, ser la voz de la seguridad psicológica. Se agrupan aquí propuestas absolutamente esenciales, ascéticas, casi puramente funcionales, con fuertes marcas en sillas y muebles de guardado. El "diseño denominativo" parecería estar dando origen a una revisión humanizada y contemporánea de cierto pragmatismo del siglo veinte.


- La niñez


Con profundo impacto evocativo, el mundo de la infancia ayudó a contar historias que vinculan las emociones con la necesidad, lo espacial con los sentimientos. En Milán 2015, las expresiones de la niñez ya no fueron furtivas sino más bien obvias, explícitas,  como referencia figurativa. Muñecas de madera, puzzles varios, una recuperada tradición de juegos educativos, animales en sugestivas atmósferas de fábulas resultaron algunas de las expresiones de esta tendencia.

 

 

Por Alberto Pelagallo.

Informe: Rafaella Pollini (Ufficio stampa Salone del Mobile)

Fotos: Ufficio Stampa Salone del Mobile

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