En los últimos años Argentina viene tratando de enrolarse en la tendencia que están marcando los países desarrollados de aumentar el uso de la madera con destino a la construcción de viviendas. A la revalorización por sus características naturales, belleza, calidez, trabajabilidad, entre otras, se le ha sumado un aspecto, que se ha convertido en un factor fundamental para impulsar la mayor utilización: su contribución a la fijación de CO2.


De esta forma, a medida que va creciendo a nivel mundial una mayor conciencia por la necesidad de preservar el medioambiente, el menor consumo de energía para su producción; sus propiedades de aislación térmica y acústica; y la posibilidad de reciclado aún después de cumplir su vida útil como producto; la colocan al frente del ranking de materiales para la construcción sustentable del futuro.

Desde 2016 en el país se han dado pasos en esta dirección, instrumentando algunas acciones de orden público-privadas, como fue la puesta en vigencia del Reglamento 601 “Construcción de estructuras de madera”; y la firma del Convenio de Colaboración para la Promoción de la Construcción con Madera, por el cual el gobierno se comprometió a que al menos el 10% de las viviendas sociales financiadas por el Estado serán construidas con madera.

Un ejemplo concreto del aporte que significa esta medida para la reactivación de los aserraderos, principalmente de la Mesopotamia (Misiones, Corrientes, Entre Ríos) lo constituye el llamado a licitación de la gobernación de la Provincia de Entre Ríos para la construcción de viviendas sociales en madera.

Pero una de las medidas más importantes en este sentido se concretó el 15 de enero pasado, con la publicación en el Boletín Oficial de la Resolución 3-E/2018 de la Secretaría de Vivienda y Hábitat del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, por la que se establece que al “Sistema de Construcción de Entramado de Madera para uso de estructuras portantes de edificios” como un sistema constructivo “Tradicional”.

 La medida fue muy bien recibida por todos los sectores de la industria maderera y los profesionales que vienen trabajando en proyectos con madera al igual que una gran cantidad que se muestran muy interesados por empezar a hacerlo, ya que como se explicita en el artículo 2º de la Resolución: “todos aquellos Entes Ejecutores que promuevan y financien proyectos de soluciones habitacionales podrán realizar pliegos de especificaciones técnicas particulares, licitar, supervisar y presentar proyectos bajo el Sistema de Construcción de Entramado de Madera para uso de estructuras portantes de edificios como sistema constructivo “Tradicional”, sin solicitar un Certificado de Aptitud Técnica (CAT).

 Con la desaparición de este requisito – que ha motivado todo tipo de reclamos desde hace 40 años - se estaría liberando uno de los principales escollos que  impiden la presentación y realización de proyectos de construcción con madera.


Fundamentación de la medida

En los considerandos de la Resolución de la Secretaría de Vivienda y Hábitat se menciona que el “Sistema de Construcción de Entramado de Madera para uso de estructuras portantes de edificios es un sistema constructivo No Tradicional” de alta tecnología, que permite realizar construcciones durables, sustentables,

rápidas y compatibles con otros sistemas constructivos existentes.

Asimismo, se especifica que habiendo transcurrido más de una década de vigencia de lo establecido en la Resolución SVOA N° 288, de fecha 17 de septiembre de 1990, “resulta imperiosa la revisión de dicha

reglamentación a fin de contemplar los avances constructivos y tecnológicos que actualmente contribuirán a disminuir el gasto de las familias y mejorar su calidad de vida”.

Por este motivo – dice – es oportuno establecer a dicho sistema en el ámbito de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda dependiente de la Secretaría de Vivienda y Hábitat del Ministerio del Interior.

En otro orden, crea en el ámbito de la Subsecretaría, una “Comisión Técnica Asesora, como organismo de asesoramiento y asistencia técnica en esta materia”, dependiente de la Dirección Nacional de Desarrollo Urbano.

En la justificación también se aclara que la presente medida responde a los objetivos de la Secretaría de Vivienda y Hábitat, entre ellos, “promover el desarrollo de técnicas y sistemas de construcción de viviendas y obras de infraestructura básica para el desarrollo de los asentamientos habitacionales”.

Mediante la Resolución se aprueban otros documentos que obran como ANEXO II (Reglamentos y Normativas Particulares para el Diseño y Construcción con este Sistema);  ANEXO III (Matriz de responsabilidades Técnicas y Profesionales para este Sistema).


Los alcances del C.A.T.

La Secretaría de Vivienda y Ordenamiento Ambiental a través de la Resolución Nº 288 del 17 de setiembre de 1990, reglamentó el otorgamiento del Certificado de Aptitud Técnica (C.A.T.), a materiales, elementos y sistemas constructivos “No Tradicionales”.

La misma estableció el alcance del C.A.T. en relación a su definición, requerimientos para su solicitud, uso, concesión y su renovación.

La normativa lo fijó como condición necesaria para acceder a los planes de construcción del Estado Nacional, siempre que se ejecuten con sistemas, elementos o materiales “No Tradicionales”. Del mismo modo, el reglamento previó que “Los materiales, elementos y sistemas constructivos serán considerados “No Tradicionales” cuando a juicio de la Dirección Nacional de Tecnología no existan normas, reglamentos o disposiciones de Organismos Nacionales que establezcan las condiciones a las que debe ajustarse el uso, o bien que éste último no se encuentre claramente difundido”.


Un impulso para la reactivación del sector

Reportaje a Osvaldo Vasallo, presidente de la Asociación Forestal Argentina (AFoA) y de la Cámara de la Madera (CADAMDA).


-¿Cómo impactará la Resolución en el sector?
- Va a ser muy importante pero en su medida y armoniosamente. No debemos olvidar que todavía estamos pagando el pecado de lo mal que se hicieron las cosas hace 40 años. Por eso la gente tomó a la casa hecha con madera como la prefabricada barata, cuando en el resto del mundo se la considera de gran valor.

-Siempre se habla de la falta de formación que tienen los profesionales para construir con madera. ¿La eliminación del C.A.T. implica un desafío para hacer las cosas bien?

-Va a pasar como con cualquier profesional que firme un plano de una construcción hecha con ladrillo, hormigón o con cualquier otro material. La firma del profesional es la que avala o certifica que lo que se está haciendo cumple con la reglamentación.

-¿Alcanzan las medidas que tomó el Gobierno para que las Provincias incrementen la construcción de casas de madera?
-En el acuerdo firmado con el Ministerio del Interior, de los planes nacionales de vivienda social un 10% tienen que construirse con madera. También están en vigencia las Normas CIRSOC 601 y ahora se agrega que no se exigirá el C.A.T. Creo que los gobernadores van a reaccionar favorablemente porque además se acortan sustancialmente los tiempos de construcción. Pero además, muchos se van a sorprender cuando en no mucho tiempo más comiencen a aparecer viviendas de tres y cuatro pisos construidas con madera.

-¿Piensa que ahora hacen falta campañas que apunten a difundir las ventajas de la madera a la vez, que ayuden a tomar conciencia de los materiales y el buen uso de los mismos?
-Es fundamental. Europa lo hizo en la década del `90 y le fue muy bien. En el sector tenemos que tener muy presente que a nosotros el pasado nos condena, no se pueden volver a cometer los mismos errores, que después nos arrastran a todos. Donde hay que poner un 4x3 hay que hacerlo, donde va un 3x3 o un 4x2 hay que respetarlo, porque si no se respeta en definitiva el ahorro no es para nada significativo y en la obra el resultado es terrible.

-¿Ayudaría avanzar en procesos de estandarización en especies, medidas y calidades y poner la información a disposición del los profesionales?
-Pienso que lo primero que habría que hacer es educar al profesional porque hay poca formación sobre arquitectura en madera. Antes no teníamos la madera con el control de humedad adecuado, secada en secadero, con tratamiento de preservación en autoclave. Hoy hay muchos arquitectos de primera línea que están descubriendo la madera, y no debemos olvidar que por lo menos un 30% (puertas, ventanas, pisos, techos) utilizan madera.

-¿Si crece la demanda en forma sostenida las pymes madereras están preparadas para abastecer el mercado?
-En este aspecto me gusta establecer una similitud entre la industria de la madera con la automotriz. Así como están los autopartistas también van a existir los casa-partistas. Eso va a permitir, en el caso de las viviendas sociales construir en escala. Pero además, hay empresas asociadas a CADAMDA que ya están llevando adelante proyectos de casas de madera de 300/350 m2 en las que puede apreciarse claramente todo el potencial que tiene el material. Con la intervención de estudios de arquitectura de primer nivel, bien diseñadas, con agregado de valor, lo que supone un importante desarrollo para las empresas.

-¿La mayor conciencia por el cuidado del medioambiente va a jugar a favor?
-Si hacemos las cosas bien sin duda que ese punto coloca a la madera en inmejorables condiciones para competir y ganar. Habría que analizar si no es conveniente la formación de un comité de ética y organismo similar que pueda monitorear lo que se va haciendo. La vivienda totalmente de ladrillos va a tender a desaparecer porque es atractiva pero no es renovable.  Además la casa de madera pesa un 30/35% menos que una casa tradicional y presenta ventajas enormes respecto a la actividad sísmica.

-¿Hay estimaciones sobre cuál puede ser el impacto en m3 de madera que se puede alcanzar si aumenta el mercado de la construcción?
- Yo lo plantearía de otra forma. Si no hay construcción de viviendas con madera, va a ser más difícil cumplir con las metas de forestación. Y más aún si no hay plantas de pulpa. La industria forestal necesita de cada uno de los eslabones que integran la cadena de valor, como sucede en otros países. De lo contrario se corre el riesgo que sobren árboles y falten productos finales. Tiene que darse un delicado equilibrio, por eso hay que tener mucho cuidado cuando se habla de pasteras, energía renovable, construcción con madera o cualquier otro uso que se va a hacer del recurso forestal, hay que tomarlo como un sistema y darle un tratamiento como tal.


Grandes empresas y nuevas tecnologías van cambiando el mercado
Reportaje al Arq. Jorge Barroso, Director del Instituto de Tecnología en Arquitectura en Madera de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Morón. Director de Arquitectura en Madera de CADAMDA.

-¿Cómo hay que tomar esta Resolución de la Secretaría de Vivienda?
-Significa un reconocimiento a algo que estaba implícito. La madera se viene utilizando desde siempre en Argentina, como en el caso de la Patagonia, donde los ingleses eran los que traían la tecnología. Después quedó en una especie de retroceso. En algún momento estudié cómo a principios del siglo XX estábamos en una situación de desvalorización y de desconocimiento de la madera como material de construcción.  El hecho de haber reconocido explícitamente que la madera es un material tradicional abre el campo, pero todavía hay que ver qué quiere decir esto en el momento que presentemos una documentación. Pero es un paso importante.

-¿El acuerdo firmado con el Ministerio del Interior para que por lo menos el 10% de las viviendas sociales sean de madera impactará en el mercado?

-En realidad, ese es un subtema particular porque se refiere específicamente al dinero que invierte la Nación a través de los institutos provinciales de vivienda. Tiene un grado de implementación que, como siempre, es un poco lento. La Provincia de Entre Ríos –que junto con Misiones y Corrientes es una de las que tiene mayor superficie de bosques implantados– tiene la necesidad de que esa madera pase a ser útil, ya había sacado una norma similar hace dos años. De todas maneras, a nivel práctico de ejecución y demás, no han ocurrido todavía demasiadas cosas. Estos cambios no son inmediatos.

Sin embargo, me parece que hay un proceso que va más allá del hecho argentino, y es que estamos en un revival de la madera como uno de los materiales competitivos en la construcción, en países que tienen tradición de construcción en madera, como España, Francia e Italia. Ya hay edificios terminados y otros en ejecución de 18 pisos con 60 metros de altura. Por eso me parece que, como suele ocurrir, si la base de la tecnología está, el cambio de paradigmas muy empujados por el tema del cambio climático, la sustentabilidad, etc. se va a avanzar.

-¿Cómo impacta el metro cuadrado de construcción en la producción de madera?
-Había un viejo dato que hablaba de 100 pies cuadrados de madera por metro cuadrado de construcción, con lo cual diría que una vivienda de interés social con 50 ó 60 m2 llevarían 5000 pies de madera, alrededor de 12 ó 14 m3 de madera. Hay que tener en cuenta que las tecnologías han cambiado, sobre todo los machimbres tradicionales han retrocedido y los placados han ido ganando espacio. Cuando calculo cuánto pesa una vivienda de madera, me termina dando unos 150 kilos por m2, o sea, 4 ó 5 veces menos que una construcción tradicional.  Podría implicar un incremento de demanda de recursos muy significativa. Argentina debería aprovechar la situación privilegiada de las regiones fitogeográficas  para implementar la participación de la madera. Son temas que no son fáciles pero hay una tendencia mundial al respecto. A nuestro sector forestal tal vez le ha faltado más lobby pero hay una tendencia creciente a empezar a valorarlo como un sector productivo.

-La industria maderera ha tenido que luchar siempre con el preconcepto de los ambientalistas que la tildaban de depredadora. ¿Se nota un cambio en la opinión pública?
- El uso de la madera protege a los bosques. Los países que tienen mayores consumos de madera cada vez tienen más bosques, como los países europeos que en general no tienen grandes dimensiones. España tiene un 25% de superficie forestal, Austria un 43%, ni hablar  de Estados Unidos y Canadá, que son usuarios intensivos de madera con un 60% ó 70% de la vivienda individual realizada en madera. Argentina tiene sólo 12% de superficie forestal.

El árbol produce celulosa a partir del carbono que toma de la atmósfera, por lo cual se transformó en uno de los grandes aliados ambientales. Nosotros estimamos que una tonelada de madera colocada en una obra implica una reducción de una tonelada de dióxido de carbono. Y como el malo de la película ahora es el dióxido de carbono, la madera tiene una ficha más para poner en su aporte social. La otra es que no sólo reduce el carbono, sino que reemplaza un material que es un alto productor de dióxido de carbono a través de sus procesos, como puede ser el caso del cemento, del aluminio o el acero.

No digo que la madera sea “de moda”, porque viene desde el fondo de la historia. Digamos que las nuevas tecnologías, los avances y los requerimientos sociales le están dando una nueva figuración actoral. Ya no está en el coro, está entre los primeros actores.

-¿La eliminación del C.A.T. implica mayor responsabilidad por parte de los industriales y los profesionales en la construcción con madera?
-A mi me parece que eso ha cambiado sensiblemente a partir de la aparición de grandes empresas y nuevas tecnologías. Yo no compro madera que no haya sido estabilizada en horno y que me asegure que tiene 18% de contenido de humedad. Es un cambio sensible.

-¿Ayudaría la estandarización?
-Claro,  pero creo que esto también tiene que ver con que aparezca una mayor demanda en el mercado.


Avances en la implementación del acuerdo para la promoción de la construcción con madera
El 16 de marzo se realizó la segunda reunión de seguimiento para la implementación del acuerdo para la promoción de la construcción con madera. Gabriel Campins, Vicepresidente primero de Federación Argentina Industria Maderera y Afines (FAIMA), expuso datos de la actualidad del sector, se refirió a las principales dificultades que se están experimentando y a la necesidad de contar con financiamiento para llevar adelante de esta actividad.

Por otro lado, Campins expuso los resultados de FAIMA respecto al compromiso asumido de capacitar trabajadores para el sector en general y para esta actividad en particular. El directivo explicó que mediante el acuerdo con la UCAR en 2017 se capacitaron 976 personas de 8 provincias, de las cuales 130 recibieron capacitación específica en construcción con madera. Asimismo, aclaró que también se ha capacitado a través del Curso de Posgrado a empresarios, mandos medios y profesionales en esta temática.

En otro orden, Campins presentó los lineamientos de un plan de marketing y comunicación para el posicionamiento de las viviendas de madera como una solución de calidad, económica y financieramente viable y a la cual los consumidores aspiren.  Para lograr este cambio cultural, los ejes de comunicación serían: sustentabilidad, sostenibilidad, ecología, calidez, renovabilidad del recurso, depósito de CO2 y consumo energético.

Asimismo, la Federación informó que se viene trabajando en la sensibilización a nivel regional respecto a este tema a través de CADAMDA – Cámara de la Madera. En 2017 se realizaron cursos en 7 ciudades de diferentes provincias y ya se están planificando para el 2018 otros 7 cursos más.

Por su parte, representantes del sector público informaron en la reunión que se está trabajando en la implementación de Créditos para desarrolladores y que se relanzará el Procrear.

Se señaló además que para las licitaciones de los planes de construcción se realizarán pliegos genéricos con el objetivo de que todos los municipios y provincias utilicen el mismo pliego al momento de lanzar una licitación para construcción con madera.

En cuanto a nuevos proyectos, se informó que ya están los pliegos de la licitación para la construcción de 20 casas en Concordia, para el proyecto Agua Patito.

El sector público se comprometió a trabajar con las autoridades municipales y provinciales para que adhieran a lo que establecen las normas respecto a la construcción con madera. También se comprometieron a revisar los inconvenientes con sucursales de Banco Nación del interior que rechazaron solicitudes de créditos hipotecarios para viviendas de madera por desconocimiento de las nuevas normativas vigentes. En este sentido, la Secretaria de Vivienda enviará una circular para informar sobre este tema. Asimismo, se trabajará en la capacitación de los Institutos de Vivienda Provinciales para que estén al tanto de todas las novedades en torno a la construcción con madera.

En esta ocasión, en representación del sector público participaron de la reunión

Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI): Instituto de Estadística y Registro de Industria de la Construcción (IERIC); Ministerio de Agroindustria y del Ministerio el Interior. Por parte del sector privado lo hicieron:  FAIMA; CEMA; IMFER; CADAMDA: APICOFOM; CAFUFAMA; CAFEMA; AMAC.


Nuevo plan de  viviendas sociales en Entre Ríos

Marcelo Casaretto, presidente del Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda -IAPV- confirmó un plan de construcción de 500 nuevas casas en Entre Ríos. La obra se realizará a través del financiamiento exclusivamente provincial.

El plan que ya había sido anunciado durante 2017 comenzará a ejecutarse este año. "La idea es que IAPV tenga presencia en todo el territorio provincial", remarcó el titular del organismo.

En línea con la política de Estado que baja desde el Gobierno nacional para la puesta en marcha de la cadena foresto-industrial, el plan de nuevas casas para la provincia incluye un porcentaje hechas de madera. "En esta licitación de 500 viviendas, vamos a hacer que en ciertas localidades se construyan de madera", afirmó Casaretto.

Respecto de los lugares, indicó que serán construidas en localidades de la costa del Uruguay, tales como Ubajay y Nueva Escocia."Tenemos un porcentual de viviendas de madera que se van a empezar a ejecutar este año. Allí la madera es abundante, la materia prima y los aserraderos son locales y la gente trabaja ahí", destacó.

Ante quienes han planteado dudas, aclaró que es un nuevo modelo constructivo con todas las normas de seguridad necesarias. "No son de manera tipo casilla humilde, sino que son con mayor porción de madera, el costo no es muy diferente, pero lo que sí tenemos como estímulo es a la actividad económica local", explicó.

En esta línea, hizo hincapié en la política para fortalecer la cadena en la provincia. "Así diversificamos el uso de la madera, que tanto nos ha preocupado en los últimos años. En vez de vender la madera en rollizo en bruto, le agregamos valor y la procesamos en Entre Ríos", reflexionó.

 

 

Por Roberto Luis Minoli

 

 

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