En diálogo con otros materiales, con presencia fuerte en pisos y revestimientos o en muebles y objetos que aportan nobleza y calidez, la madera y sus texturas mostraron nuevamente una marcada presencia en las tendencias del interiorismo durante la última edición de Casa FOA.

La 36ª edición de la principal exposición nacional de arquitectura, diseño interior y paisajismo tuvo como sede el Círculo Militar Olivos, Buenos Aires, del 13 de septiembre al 20 de octubre. Ofreció un recorrido por 55 espacios distribuidos en 5730 metros cuadrados, 2230 asignados a interiorismo y 3500 destinados a paisajismo. En la planta baja se ubicaron propuestas de espacios de trabajo de las más diversas profesiones, además de una cafetería, un restaurante, instalaciones artísticas, el showroom de las empresas y una tienda con objetos de diseño. El exterior mostró una expansión de la cafetería y diversas de propuestas de paisajismo. La planta alta, en tanto, privilegió una tendencia en alza entre residentes y un modelo cada vez más atractivo para inversores: el coliving, espacios conceptualmente alineados al fenómeno del coworking, que propusieron unidades de vivienda completamente equipadas con una serie de espacios comunes para realizar distintas actividades, como estudiar, trabajar y compartir. En este nivel superior también se ubicó un área para las temáticas convencionales de Casa FOA, entre ellas, un departamento completo con dimensiones reales.


La madera sorprende y mantiene su vigencia

Omnipresente o en detalles, la madera se tornó un material insustituible en la mayoría de los espacios de Casa FOA 2019, con una notable expansión de la melamina texturada en acabados de gran impacto visual y gran sofisticación.

La veta de madera natural sigue siendo requerida allí donde se busca calidez o intimidad, especialmente en tonos claros, tanto rústicos como brillantes. Los grises tuvieron mucha presencia, en detrimento de los tonos oscuros de otros años.

Los muebles se valieron de la multimaterialidad (con el vidrio, las superficies ultra pulidas o los metales como cobre o bronce), con combinaciones de texturas y colores mayormente sobrias y en tonos calmos. Bibliotecas, muebles de guardado y espacios de trabajo en el hogar fueron dominios de la madera / melamina.

En pisos, la tendencia se inclinó mayormente por los tonos claros y superficies texturadas/veteadas. Lo mismo se verificó en el aporte decorativo en paredes y cielorrasos.

Fuera de la madera, resulta imprescindible destacar el creciente y siempre sorprendente aporte de la iluminación en la ambientación de los diferentes espacios, con una clara impronta de ahorro energético mediante la domotización y el uso de sensores. También se destacaron los herrajes inteligentes que optimizan el espacio, pero que también hacen su aporte a diseños novedosos con prestaciones que permiten nuevas geometrías y líneas depuradas en muebles, particularmente en cocinas y baños, pero también en diseños de muebles infantiles y espacios de trabajo.

Por Alberto Pelagallo
Fotos: Casa FOA