La pandemia de COVID-19 puso a la industria frente a una situación inédita, con consecuencias tan negativas como profundas para su actividad. Ya en marzo, a partir del aislamiento social, preventivo y obligatorio instrumentado por el gobierno nacional, se percibió “un fuerte impacto en el entramado productivo industrial, justo cuando comenzaba a mostrar ciertos atisbos de mejora”, indica el último informe elaborado por el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA).

El documento precisa que en marzo la contracción de la actividad industrial fue de 13,9% interanual y de 16,8 % mensual en la medición desestacionalizada: “Se trata de la mayor caída mensual de la serie (que comienza en 1995) y la producción fue la más baja desde diciembre 2004”. En la misma dirección, datos del INDEC sobre la utilización de la capacidad instalada de la industria reflejaron la dinámica contractiva al alcanzar -en promedio- 51,6 % en marzo, lo que significa una caída de 7,2 puntos con respecto a igual mes de 2019.

 

Sobre indicadores de abril, la UIA destaca que los números preliminares muestran un impacto aún mayor de los efectos de la pandemia sobre la producción industrial. Y agrega que a pesar de que en mayo se fue habilitando la producción en algunas regiones del país, las empresas “enfrentan una muy baja demanda tanto interna como externa y serias dificultades en materia de financiamiento y sostenibilidad” de su operatoria.

 

Este macro-panorama industrial se hace más dificultoso en el caso de las pymes, acentuándose entre las microempresas. De acuerdo al último informe confeccionado por la Fundación Observatorio PyME (FOP) “Coronavirus IV: Acciones empresariales para enfrentar la crisis y riesgo ocupacional”, a comienzos de mayo permanecían inactivas el 40% de las empresas de la construcción y el 30% de las del sector industrial, concentradas especialmente en la región AMBA, donde seguían inactivos 600 mil asalariados de todos los sectores de actividad de las MiPyME.

 

El documento de la FOP remarca, a su vez, que para mayo el riesgo de cierre de empresas había aumentado del 6% al 8%. “Es decir, un incremento de 26 mil empresas y 73 mil puestos de trabajo en riesgo. Actualmente el total de las MiPyME con riesgo de cierre son 61 mil que ocupan 263 mil trabajadores”. También especifica que la posibilidad de cese de actividades era mucho mayor entre las empresas que se encontraban no operativas, alcanzando al 18% de las mismas. “Entre las MiPyME no operativas, sólo el 20% de ellas podrá pagar más del 60% de los costos operativos y obligaciones del mes de mayo”, puntualiza la FOP.

 

No obstante, destaca que la situación descrita tendería a atenuarse por la decisión del gobierno de renovar la aplicación del Programa de Asistencia en la Emergencia para el Trabajo y la Producción (ATP) para el mes de mayo, particularmente en lo que hace al salario complementario. Y añade como nota positiva que la salida paulatina del aislamiento social, preventivo y obligatorio en varias provincias, permitió sumar a la actividad 77.000 empresas y 279.000 trabajadores asalariados. Esta medida hizo que el costo diario de la inactividad de las MiPyME disminuyese de US$ 115 millones a US$ 82 millones.
En el caso particular de la cadena de valor madera-mueble, compuesta en el 98,7% por pymes y mipymes, la situación -aún con matices por rubro de actividad y ubicación geográfica- se encuadra en este panorama general, presentando caídas muy marcadas en sus niveles de actividad y ventas y crecientes problemas en las cobranzas. El sector registraba previo a la pandemia 110.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos.

ASORA Revista entrevistó a Pedro Reyna, presidente de la Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA); Claudia Peyrano, directora de Relaciones Institucionales de la Asociación Forestal Argentina (AfoA); y Osvaldo Kovalchuk, vicepresidente de la Asociación de Fabricantes y Representantes de Máquinas, Equipos y Herramientas para la Industria Maderera (ASORA), quienes brindaron los enfoques de cada institución sobre el panorama de la actividad sectorial y el escenario próximo para la industria de la madera y el mueble a partir de la medidas adoptadas por el gobierno nacional.

 

 

Por Roberto L. Minoli y Alberto Pelagallo

 

La versión completa del informe puede leerse en este número de la Revista Digital, haciendo click acá>>

 

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