El futuro del mundo será verde
Los bosques y los productos derivados de la madera volvieron a ocupar un lugar central en la agenda del cambio climático trazada durante la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que tuvo lugar del 6 al 18 de noviembre en Sharm el Sheij, Egipto.
Luego de la COP27 la agenda de corto plazo para cumplir con el Acuerdo de París remarca cinco puntos prioritarios:
- Fondo de reparación para países vulnerables.
- Alianza para el sostenimiento de los bosques.
- Desarrollo de productos forestoindustriales.
- Mercado de carbono y bonos climáticos.
- Avance de renovables para urgente transición energética.
Bajo la consigna "Trabajar por las personas y el planeta", líderes políticos y diferentes actores globales impulsaron decididamente durante la Conferencia la gestión forestal sostenible como uno de los ejes claves en la mitigación de los efectos del cambio climático. Junto a lo anterior, la biomasa sólida ‒dentro de la que ocupa un rol destacado la biomasa forestal‒ se consolidó como parte del mix de energías renovables que tienen un rol fundamental en la transición energética que el mundo comienza a transitar a pasos agigantados.
La COP27 impulsó medidas para hacer frente a la emergencia climática, que incluyen desde la reducción urgente de las emisiones de gases de efecto invernadero, el fortalecimiento de la resiliencia y la adaptación a las consecuencias inevitables del cambio climático, hasta el cumplimiento de los compromisos de financiación de la acción climática en los países en vías de desarrollo.
Una alianza indispensable por los bosques
De manera particular, desde la COP27 se destacó el rol de los bosques frente al cambio climático, tomando como referencia el informe publicado este año por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) "Informe sobre la Situación de los Bosques del Mundo 2022" (ver ASORA Revista 160: "Mayor protagonismo de los productos forestales en la bioeconomía mundial").
También fue debatido durante la Conferencia el estudio "Perspectivas Forestales al 2050", producido conjuntamente por la FAO junto a la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT- ITTO) y la consultora Unique land use GmbH. En el mismo se destaca que la participación de los bosques en la mitigación del cambio climático no se reduce a los árboles, sino que el mayor uso de madera en diferentes campos de la industria y los negocios globales sumará un importante factor de atenuación a largo plazo de los efectos de gases de efecto invernadero. El trabajo espera que el consumo general de productos madereros procesados primarios (madera aserrada, chapa/madera contrachapada, partículas/tableros de fibra y pulpa de madera) crezca un 37 por ciento para 2050 y ascienda a un total de 3.100 millones de metros cúbicos equivalentes de madera en rollo para el mismo año, bajo una economía sostenible.
La bioenergía debe ser protagonista de la transición energética
La declaración de cierre de la COP27 reconoció que la crisis energética mundial sin precedentes subraya la urgencia de transformar rápidamente los sistemas energéticos para que sean más seguros, fiables y resilientes, acelerando las transiciones limpias y justas hacia las energías renovables durante la actual década.
El rol de las energías renovables fue analizado en diferentes paneles a lo largo de la Conferencia, siempre en vinculación con la imprescindible transición energética, tema que ya encabeza la agenda de puntos a resolver de forma urgente para alcanzar la meta del Acuerdo de París. Se señaló el enorme potencial del sector energético, destacando que los costes de la energía eólica y solar han bajado drásticamente en los últimos años. También se destacó el enorme potencial de reducción de emisiones en la agricultura, el uso de la tierra y la silvicultura, incluyendo una mejor gestión del suelo y la restauración de los ecosistemas
Fondo de "pérdidas y daños" para los países vulnerables
Sin dudas, el mayor logro de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático - COP27 resultó el acuerdo decisivo para proporcionar financiación por "pérdidas y daños" a los países vulnerables duramente afectados por los desastres climáticos.
"Es un resultado histórico que beneficia a los más vulnerables de todo el mundo. Hemos determinado el camino a seguir en una conversación que ha durado décadas sobre la financiación de las pérdidas y los daños, deliberando sobre cómo abordar los impactos en las comunidades cuyas vidas y medios de subsistencia han sido arruinados por los peores impactos del cambio climático”, dijo el secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático,Simon Stiell.
Por Roberto Luis Minoli y Alberto Pelagallo
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